Posted On julio 21, 2015By D. Jael De la Luz GarcíaIn Libros
Los fascismos siempre me han parecido una tentativa espectral, de pesadilla y falsa de devolver a la vida a naciones muertas; sin la cristiandad, las naciones europeas no eran más que cuerpos sin alma, unos zombis. La cuestión era la siguiente: ¿podía revivir la cristiandad? Lo creí, lo creí unos años, con crecientes dudas, cada vez estaba más influido por el pensamiento de Toynbee, por su idea de que las civilizaciones no mueren asesinadas, sino que se suicidan. Michel Houellebecq, Sumisión. Hace un poco más de un mes leí Sumisión
Read More No era predecible el lugar crucial que Alejo Carpentier ocupa en la búsqueda del perfil artístico y espiritual propio de América Latina y El Caribe. Nacido en La Habana, Cuba, en 1904, francés el padre y rusa la madre, parecía destinado, al abordar un barco y emigrar a París en 1928, donde se unió a los vanguardistas surrealistas del momento, a ser otro de nuestros perpetuos enamorados de la cultura europea, un fascinado más por la creatividad simbólica y artística del Viejo Mundo. Sin embargo, una intensa labor de algo
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