Creer que la disputa sobre Dios es solo una lucha irracional donde se busca lograr que un ser imaginario juegue de nuestro lado, es tener muy corta la vista y dicha miopía en estos tiempos es muy peligrosa. No darnos cuenta que en el fenómeno religioso, seamos o no creyentes, se ponen en juego un montón de elementos que no solo dan sentido a nuestra realidad cotidiana, sino que también motorizan infinidad de sentimientos, acciones, que están presentes en el “inconsciente” occidental. Basta con notar que mucha de la
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