Disposición y Disponibilidad
Jesús y la Suegra de Pedro.
Vayan ustedes a saber de qué estaba enferma,
una mujer no se queda en cama tan fácilmente,
pero tenía fiebre y eso, sin duda, indicaba algo grave.
No puedo imaginar su cara de asombro al ver a Jesús,
del cual había escuchado a Pedro hablar,
entrar a la casa, acercarse a su lecho,
tomarla de la mano y levantarla.
¿Dijo algo Jesús? No sabemos, no hacía falta;
sus gestos llenos de ternura y compasión hacía ella,
una mujer invisible para esa cultura,
su disposición y disponibilidad para sanarla
fueron suficiente para comunicarle que ella era importante.
Al instante la fiebre se fue, la salud volvió
y con ello la disposición y disponibilidad para servir.
¡Y cómo no responder ante tamaño ejemplo de Jesús!
A ella le tomó unos cuantos momentos,
una sola experiencia con Jesús
para entender el propósito de seguirle.
A los discípulos les tomó tres años ¡y todavía tuvieron dudas!
(bueno, esa es otra historia)
¡Cuánto nos enorgullecemos de ser hijas/hijos del Rey!
pero cuánto nos cuesta entender que, en el Reino de Dios,
todo lo que se necesita es
¡disposición y disponibilidad para servir!
Betty Hernández – 2021
Docente de música y liturgia en la Comunidad Teológica de México. Coordinadora del Diplomado en Iniciación Musical con énfasis en el Culto Cristiano y de la Maestría en Liturgia en la Comunidad Teológica de México. Miembro fundador de la red de liturgia Red Crearte.
