Máximo García Ruiz

Posted On 14/03/2011 By In Libros, Opinión With 1188 Views

Entre la conciencia y la ley

Reseña del libro de Rafael Navarro-Valls y Javier Martínez-Torrón, Conflictos entre Conciencia y Ley, Iustel (Madrid: 2011)

Dos destacados juristas, profesores de Derecho Eclesiástico del Estado, catedráticos ambos de la Universidad Complutense, Rafael Navarro-Valls y Javier Martínez-Torrán, acaban de publicar un grueso volumen bajo el título Conflictos entre Conciencia y Ley, editado por Iustel, que ha sido presentado al público en los salones de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, ante un auditorio que incluía varios centenares de estudiantes de Derecho, catedráticos y profesores de la misma rama y algunos moralistas y representantes de otras religiones, aparte de la católico-romana.

Máximo García RuizEl libro en cuestión consta de 513 páginas  a tamaño 125 x 180 cm. y, al margen de lo que pudiera esperarse, está escrito en un lenguaje accesible al público en general, fuera de tecnicismos y de la jerga habitualmente utilizada por los profesionales del Derecho, que permite acceder a su contenido desde perspectivas diferentes a la que ofrece la profesión.

Es evidente que nos movemos en un marco social en el que los conflictos derivados de la confrontación entre conciencia y ley son algo común, como lo demuestra, entre otros muchos ejemplos, el “veto” que ha sufrido el Gobierno socialista español a la hora de poner en marcha la nueva Ley de Libertad de Conciencia que, al no haber gozado del beneplácito de la Iglesia católica, y acosado en otros muchos frentes, el Gobierno ha decidido posponer su debate y aprobación sine die; en otras palabras, el proyecto de ley ha sido arrojado a la papelera de manera vergonzante.

Al margen de su dimensión política, no podemos obviar la relevancia social que tienen temas como el tratamiento legal del aborto; el papel de la bioética en temas como la reproducción asistida, la eutanasia o la aplicación de determinados fármacos y tratamientos médicos (por ejemplo, trasplantes y transfusiones de sangre); la custodia y adopción de niños; la aceptación de ciertos contenidos docentes; la utilización de símbolos religiosos en espacios públicos; el desarrollo de la función pública a la hora de tomar ciertas decisiones (juramentos, aplicación de determinadas leyes); los conflictos planteados en el terreno laboral; y algunos otros derivados de la actual configuración plural, en temas ideológicos, de la sociedad española.

Los autores, que conocen la materia no solamente por su dimensión docente, sino por venir ocupándose de ella en publicaciones anteriores, dedican los dos primeros capítulos a delimitar los espacios entre libertad y objeción de conciencia. A lo largo del libro hacen un recorrido por las diferentes manifestaciones de la objeción de conciencia, demostrando que en la mayoría de ellas, la motivación de base de dicha objeción u objeciones es de orden religiosa, o lo que es lo mismo, extraída de ese núcleo de creencias confesionales que marcan frecuentemente el trasfondo de las éticas, ya sean éstas filosóficas o teológicas. Una de las preguntas planteadas en el acto de presentación del libro, delimita con claridad el eje central de su contenido: ¿Es la conciencia un reducto último que puede oponerse a la ley o el Estado puede imponer actuaciones con carácter irrevocable? La libertad de conciencia es quizá el derecho fundamental más vulnerable al intervencionismo normativo del Estado, que no termina de desprenderse de ciertos tics atávicos que le llevan a erigirse en el administrador de todas las verdades posibles, razón que justifica la pertinencia de  delimitar con precisión los espacios, que es lo que los autores proponen en esta obra.

Tanto Navarro-Valls como  Martínez-Torrón se mueven en el ámbito ideológico más rigurosamente conservador de la Iglesia católica, lo cual se deja sentir en temas tan vidriosos como es el aborto o la educación en valores desde perspectiva estatal, enfoque un tanto sesgado que no es óbice para que lo hagan con rigor jurídico siempre desde la exigencia que marca su posicionamiento ideológico. Esto les lleva a afirmar que entre abordar el tratamiento de las objeciones de conciencia desde un planteamiento legalista o buscar el equilibrio o ponderación de intereses, se inclinen por favorecer el equilibrio de intereses. Decía Cicerón: “summum ius, summa iniuria”, es decir, “el derecho llevado al extremo, es la extrema injusticia”.

En cualquier caso, teniendo presente que la pastoral evangélica en España en asuntos de ética y bioética se identifica en gran medida (digamos que en sectores más próximos a la influencia americana que a las posturas protestantes europeas) con la defendida en ámbitos moralistas católico-romanos cercanos a los auspiciados por la Conferencia Episcopal o el Opus Dei, los agentes de pastoral de confesión evangélica que la lean encontrarán en la tesis planteada por los autores de esta obra un exhaustivo soporte jurídico e ideológico para fundamentar su acción pastoral en apoyo a sus convicciones teológicas. En realidad, se coincida o no en el fondo ideológico del tema, consideramos que su lectura es de obligado cumplimiento para pastores y líderes religiosos que han de bregar necesariamente con estos temas, al margen de que se vean impelidos a pasar por el tamiz de sus propios posicionamientos personales determinadas aplicaciones que en el libro se hacen.

Marzo de 2011.

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